jueves, 22 de julio de 2010

Ahogado




Y así pasan los días soleados, nublados, lloviendo, granizando y luego qué?. No importa lo que viene, porque me encuentro inerte. Y revuelvo mi cama buscando el calor que han dejado esos cuerpos desconocidos que albergo de noches frías, para que acompañen a un viejo solitario, arriendo mi corazón por horas a pasiones para sentirme vivo y así vuelve a salir el sol, para volverse de noche y no duermo dando tumbos en pesadillas que dejan ese sudor helado.
Me levanto, nunca encuentro los calcetines, y el frio me impide buscar y siempre termino con impares. El contacto del agua fría me devuelve a esa realidad tan fría como esa agua congelada de mañana, miro un lado a otro mi habitación, registro que pude haber olvidado, mentalmente recorro mi día. Por último tomo mis llaves y cierro tras mi la puerta, pienso que he dejado atrás toda mi agonía de anoche.
Miro esas caras pálidas y de ambulantes como la mía, nos comprimimos para compartir el mismo lugar, nuestro metro cuadrado están sofocante. Y empieza a vibrar el de al lado todos miran y tratan de escuchar de que va la conversación, una señora se hace paso por el medio y pasa a llevar a todos los ausentes en sus asuntos y bruscamente son devuelto a su metro cuadrado. Alguien dice baja, no responde y arrasa con él.
Todos nos bajamos y caminamos y me pongo a pensar, mientras los demás me llevan a el próximo comprimidor, donde va toda esta gente porque la ciudad están pequeña donde se esconde tanta gente, y los comprimidores llegan sobre bordados de gente. Todas esas caras me parecen rosadas por el calor humano y trato de percibir si alguna me es familiar, quizás podría conocer a la mitad de esta gente o quizás nos conocemos todos, alguna vez abre pasado al lado de alguno de ellos sin darme cuenta, cuanta gente aborda cada comprimidor, a cuantos eh pasado a llevar. Quizás uno de ellos lleva el pan que como en la mañana. No alcanzo a terminar mis ideas cuando la puerta de cierra frente de nuestras narices, uno da un alarido de desgracia, tras mío se empieza a acumular la gente para ser comprimidos de nuevo en una masa.
Llego sano y salvo y soy el primero, encima de mi escritorio todo sigue en el mismo lugar en que lo deje la última vez, los papeles apilados, los post-it pegados en la pantalla. Prendo la caja blanca, reviso el correo, como es costumbre nadie escribe, hubo una vez que recibía mensajes de amor, para luego a pasar a palabras de odio, hasta que al final cesaron y me quede con la bandeja blanca. Hasta extraño un hola idiota. Me hablaste en francés y yo perdí mi cabeza, y tu perdiste tu ropa, entre besos y vinos, nos rencontramos con ganas de repetir lo de la ultima vez, con la escusa de un cine, donde no nos importa que proyectaban en la pantalla, nuestras manos rozaron y sentí esa electricidad. Pero todo se olvida en la gran urbe, el tiempo borra todo lo que ya no sirve, desechable nuestros sentimientos y ahora mandas mail de amor a otro.

jueves, 15 de julio de 2010

Destino.




Aunque siempre me niego en creer en el destino, siempre caigo en el juego de explicarme lo imposible atravez de el. Aunque la constante busqueda de la "felicidad" y el placer de esta dicha extrema, me hace caer en el estiercol de la vida y los desvaivenes de nuestra experiencias, y de esta forma aclararlas y aconsejarlas como etapas de un destino, para tener el resultado de esta operacion algebraica llamada vida.

miércoles, 14 de julio de 2010



No me gusta el frio, no me gusta abrigarme tanto y sortear pozas de agua estancada. Que se complica con tanta ropa encima, y en la mano el paragua, por miedo a las gotas traviesas. No me gusta el blanco que cubre mi patio en las mañanas, que me resfalan por el pasillo, para abrir la reja helada.

Viajar por la ciudad, a menos que llueva y todos se oculten en sus casas, como me gustaria estar en mi cama tapado hasta las orejas grandes que poseo. Es por eso que me autoexilio de este invierno, me recluyo y me refugio de esta temporada, hasta nuevo avizo. No soporto estoico el hielo que nos cae, como cuando joven, cuando enamorado recorria calles llenas de agua, ardiente de amor y deseos. Hoy los cerillos se han apagado y extingido la llama, solo queda esperar calor, que me dan sus manos en mi cama grande, o el calor artificial de mi scaldasono.

domingo, 4 de julio de 2010

Grabando los 90.



En la mañana me despierto con el ipod en las orejas, y en sonidos aleatorios llego ha escuchar un compilado de los 90, musica que se me hace antojadizamente conocida y me recuerdo esos años, donde reunia tantas cintas grabadas desde la radio, esperando que el locutor pronunciara el tema y apretando el REC rapidamente, esperando que ninguna marca de la radio nos empeorara la grabacion. Se te retuerze el corazon y te atravieza las entrañas, prefiere detener el mundo. Parar los escasos minutos que te libera el alma, esos acordes sucios y metaforas confusas, que solo caujan en el sentido que le quieres dar tu. Es en esos sonidos que encontre el amor, el respeto y tantas cosas maravillosas, que me hacen detener el mundo y mirarlo con ojos de romantico. La vida sin musica seria un mal viaje.

jueves, 1 de julio de 2010

Como empezar.

Cuando necesito aliviarme de los miedos y tantas cosas que recorren mi mente, tomo una hoja de papel, y comienzo a escribir. Sin mas animos de que me lean, solo para emitir, mis ideas mas alla de las paredes que crean mi mundo interior, para hacerlas visibles, y haci transformarlas en vivencias, que hasta podrian ser vividas por otro ser indiferente a mi existencia, como el personaje de las peli mas bizarras y triste. Haci parte esta historia.